Cada reunión relacionada con el trabajo o un breve encuentro fue un torbellino emocional y susurros conspirativos sobre el pecado

Cada cita era una tempestad emocional de volúmenes sin pronunciar y susurros sin aliento de lo prohibido. La pasión real y el placer crudo y sin filtrar no estaban lejos de la verdad mientras el joven estudiante con un cuerpo caliente y apretado saciaba las necesidades sucias del hombre mayor.